¿POR QUÉ JESÚS LAVA LOS PIES A LOS DISCÍPULOS EN LA ÚLTIMA CENA?

El gesto de Jesús supuso un escándalo para sus discípulos.

Juan es un evangelio muy diferente a los sinópticos no sólo en el lenguanje que utiliza, sino también en relatar algunos hechos de la vida de Jesús que no aparecen en los otros evangelios o, como en el caso de la Pasión, diferir en los detalles de la fecha (Juan la pone la Última Cena la misma noche de Pascua mientras los sinópticos la ponen al noche anterior) o en la sucesión de los hechos (como el interrogatorio de Pilatos, mucho más extenso y detallado en Juan).

Juan, a diferencia de los sinópticos, no registra en su Evangelio el gesto del pan y el vino, sino que registra un comportamiento totalmente escandaloso para los judíos de su tiempo: Jesús lava los pies a sus discípulos. Pero, ¿por qué Jesús lava los pies y esto supone un escándalo?

Primero debemos saber que existía una costumbre en Israel consistente en lavar los pies a los invitados a la casa (pensad que en tiempos de Jesús iban con sandalias y los caminos eran de tierra, por lo que los pies siempre acababan sucios). Este trabajo siempre lo realizaban los esclavos, nadie más que ellos. Por lo tanto, era considerado como un gesto humillante, y mucho, tener que lavar los pies a alguien.

Pues ahora poneos en la piel de los discípulos, que ven como aquél que ellos consideran que tiene que ser el próximo Rey de Israel, el nuevo Rey David que vendrá con poder para echar a los romanos y devolverle a Israel su pasada gloria, ¡el Mesías!, se pone a lavarle los pies, un gesto reservado única y exclusivamente a los esclavos.

"El lavatorio de los pies" - Tintoretto

Ahora entenderéis porqué Pedro se puso como se puso, negándose en principio a que Jesús le lavara los pies (luego, cuando Jesús le dice que si no le deja no es de los suyos, y como era un bocas, le dice que todo el cuerpo). Para él, como para el resto de los presentes en aquella sala, aquello resultó un auténtico escándalo.

El Arzobispo de Buenos Aires, repitiendo el gesto de Jesús.

Después Jesús les explica el significado de aquel gesto: su mesianismo no es de poder, sino de servicio y Amor. El que quiera seguirle, debe hacer lo mismo que él: amar hasta el extremo. Es más, Jesús les ordena que en lo venidero repitan entre ellos aquel gesto o, mejor dicho, que tengan entre ellos la misma actitud que él demostró. De hecho, aún hoy, cada Jueves Santo, en las celebraciones católicas de la Última Cena el sacerdote limpia los pies a doce feligreses para recordar aquel gesto de Jesús.

¡Buena Semana Santa!