¿POR QUÉ ADÁN LE PONE NOMBRE A TODOS LOS ANIMALES?

El segundo relato de la Creación afirma que Dios le encarga a Adán ponerle nombre a todos los animales
 

El segundo relato de Creación, que curiosamente viene de una tradición anterior al primer relato (el de los siete días), asegura que "Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada."

Seguro que más de uno tiene alguna mascota, del tipo que sea: un gato, un perro, una araña (esto mola...), una cobaya o el bicho que sea. Normalmente no le llamamos por el nombre de su especie, es decir, que a tu perro no le dices "Ven aquí, canis lupus", o "Coge el palo, perro de raza pastor belga", ¿no? En lugar de eso, lo primero que se hace al comprar o adoptar una mascota es ponerle un nombre, en ocasiones muy raro, que será con el que le llamaremos siempre.

Pero no sólo con los animales hacemos esto de poner nombres. También lo hacemos con objetos inanimados, desde el coche a la muñeca. Había un guitarrista muy famoso llamado B. B. King que a su guitarra la llamaba Lucille. Seguro que más de uno o una tiene una muñeca o un muñeco especial al que le ha puesto un nombre y, al jugar con ella, le llama por ese nombre que le ha puesto.

Pero, ¿con qué autoridad le ponemos nombres a las cosas?¿Por qué nos atrevemos a decidir que en adelante el coche se llamará "Rigoberto"? Muy sencillo: porque es nuestro. Asi de simple y sencillo. Le ponemos nombres a nuestras cosas, no a las cosas de los demás. Es más, está mal visto que le cambies el nombre a un animal u objeto que no es tuyo, ni nos atrevemos a hacerlo. En ocasiones incluso defendemos con pasión el nombre que le hemos puesto a algo, ¿no es verdad? La posesión de algo nos da el poder de ponerle el nombre, y recordad que para la mentalidad semita el nombre designa la esencia de la persona.

Así, pues, cuando Dios le encarga a Adán que le ponga nombre a todas las cosas en realidad le está regalando la Creación y todo lo que contiene. Adán no ha hecho las cosas, pero las recibe como regalo y por eso tiene autoridad para ponerles nombre, el que quiera. 

Pues ya sabéis otra cosa, mariposa. Recordad que la Biblia no se puede leer como un libro de ciencia: tiene muchas cosas escondidas detrás de las letras. Aprended a descubrirlas.