JUDAS NO ES TAN MALO COMO LO PINTAN

Judas nunca quiso que mataran a Jesús



Durante toda la historia después de Jesús no ha habido nombre más maldito que el de Judas: el traidor que vendió a Jesús por treinta monedas de plata y que, al final, acaba suicidándose. Incluso su nombre, o su recuerdo, se usa como insulto; en toda la imaginería sagrada se le reconoce porque es el más feo, el que lleva una bolsa, el que tiene cara de "malo de la película"...

Sin embargo, si nos detenemos un poco a leer cuidadosamente los evangelios y - una de las razones para saber un poquito de teología - conocemos lo que pensaba Judas sobre el Reino, el Mesías, las corrientes de su tiempo, las esperanzas del pueblo..., podremos tener una visión más justa del apóstol que, pensando ayudarle, facilitó la entrega de Jesús a las autoridades judías (que, tarde o temprano, lo habrían matado de una u otra manera).

Primero tenemos que saber que, en tiempos de Jesús, Israel era un pueblo dominado por el Imperio Romano, que había sucedido a los griegos en el dominio de Palestina. Israel, desde la caída de Jerusalén a manos de Nabucodonosor unos 400 años antes del nacimiento de Jesús, no había sido dueño de la tierra que, según ellos, Dios prometió a Abraham y que, después de Moisés, llegó a ser suya.

Existía, en tiempos de Jesús, una fuerte tensión por la espera del Mesías, es decir, por la llegada del Salvador de Israel; pero el Mesías que ellos esperaban era un descendiente de David que heredaría el trono del mejor rey que Israel ha tenido nunca (de hecho, su estrella es el símbolo del pueblo judío), echaría a los romanos de su territorio y haría de Israel el pueblo más poderoso de la tierra, volviendo a tener Tierra, Rey y Templo. 

La pregunta que les rondaba era por qué estaban como estaban, dominados por otros pueblos que adoraban a extraños dioses, con enfermedad e injusticia por todas partes, y cómo lograr que llegara el Mesías o cómo cambiar la situación. Existían en Israel diferentes corrientes de pensamiento que respondían, y actuaban, de diferente manera ante este hecho: los fariseos opinaban que la clave era cumplir la Ley de Moisés al dedillo, los saduceos era más escépticos y otros, como los zelotes, pensaban que lo que había que hacer era tomar la iniciativa y echar a los romanos por las buenas o matándolos si era necesario.

Judas era zelote, por lo que pensaría, y esperaría, que Jesús era ese Mesías que echaría a esos romanos que él tanto odiaba. Seguro que se llenó de alegría, y esperanza, cuando vio cómo la gente recibió a Jesús en Jerusalén con ramos y aclamándolo como el Mesías, el Rey de Israel (la gente también pensaba que, tarde o temprano, Jesús haría algo muy poderoso y acabaría con los dominadores, la enfermedad y la injusticia de golpe y porrazo).

Pero, oh sorpresa, mira que Jesús dice que su Reino no es de este mundo, que no ha venido a ser servido, sino a servir, ¡que hay que amar al enemigo! Incluso cura al criado de un centurión... Judas no entiende cómo es posible que Jesús no se líe a rayos y truenos contra los romanos, por qué no se manifiesta como lo que es: el heredero de David, elegido por Dios, para salvar al Pueblo. Entonces, Judas decide tomar cartas en el asunto y forzar las cosas.

Al entregarlo al Sanedrín, Judas cree que Jesús, ante la perspectiva de morir condenado, seguro que hace algún milagro, demuestra de alguna manera que es el Mesías que ellos esperan y, entonces, todo el pueblo se unirá a él y ya será imposible detener el movimiento de liberación. En pocas palabras, pretende "obligar" a Jesús a manifestarse como el Mesías. Lo de menos son las treinta monedas y lo del beso, porque a fin de cuentas Judas fue utilizado por el Sanedrín para tener lo que querían: detener a Jesús de manera discreta.

La cosa se tuerce cuando Jesús, en lugar de hacer lo que Judas espera, se calla y no se defiende. Es más, acaba siendo condenado a muerte por el Sanedrín por blasfemo (después será condenado por Pilato por proclamarse rey). Judas comprueba que su plan ha salido mal y que Jesús, al que a fin de cuentas admira y quiere, morirá. Judas incluso intenta arreglarlo devolviendo las treinta monedas de plata al Sanedrín, pero éste le dice que ya es tarde, que Jesús debe morir sí o sí.

Aquí viene cuando vemos la diferencia entre Pedro y Judas. Ambos traicionan a Jesús, e incluso Pedro tiene más delito porque, como bocas que era, había afirmado que moriría por Jesús (incluso se afirma que llegó a cortar la oreja de un criado al intentar defender a Jesús) y acaba negando que lo conoce (que para un semita es poco menos que "matarle"); la diferencia entre ambos es que Pedro se arrepiente de lo que ha hecho, llora amargamente y acepta su culpa, mientra Judas no soporta la idea ni el peso de haber entregado a Jesús, pensando que así le ayudaba a manifestarse como Mesías y lograr que las cosas fueran como él esperaba, y se suicida.

Así, pues, Judas no es más que un pobre que se equivocó gravemente al intentar hacer que las cosas acabasen como él esperaba y no como Jesús decía. Después de todo esto, podemos decir que Judas traicionó a Jesús, pero no podemos decir que, por ello, sabiendo sus causas, que tampoco justifican lo que hizo, fuera malo, ¿no creéis? 

¡Hasta pronto!

Comentarios

  1. Un comentario mal enfocado, mas parece una novela barata.Es un total desconocimiento del Evangelio. Cada uno de los discípulos tiene una misión personal diferente, Pedro que significa piedra era quien buscaba que Jesús tropezara y cayera, su nombre Simón y no Pedro sino piedra a quien Jesús denomina como Satanas cumple su misión constantemente tentando al Maestro de Galilea, es el tipo de cristiano que dice creer en Jesús pero lo niega en todo momento, Judas es otro tipo distinto, no lo niega, anda detras de El,pero lo traiciona y eso era necesario en el ministerio del Señor. "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto" le dice Jesús indicando que debe proceder pronto a entregarlo a la autoridad,porque la hora ha llegado. Judas se mata por el grado de arrepentimiento de un hecho sin precedentes, Jesús lo confesó diciendo:Juan 17:12 "Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese." Por lo tanto Judas cumplió tristemente su misión que le costo la vida. Saludos

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    1. Disiento en tu pensamiento que mi entrada es una novela barata que nace de un total desconocimiento del Evangelio. Si nos ponemos a citar, el cambio de Simón a Pedro se lo hace después de resucitar, cuando le pregunta tres veces si le quiere, y le dice "tú eres Pedro (piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". No podemos citar textos evangélicos sin tener en cuenta quién los escribió, cuándo y por qué. Además, esa visión de Judas como predestinado es contraria a toda la teología sobre la libertad del hombre pues, ¿qué clase de Dios hace nacer a un hombre con la única misión de traicionar a Jesús y después suicidarse? Por eso digo que Judas no es tan malo, sin que ello signifique que su traición no sea igual de grave. Solo establezco las posibles causas de dicha traición, que nacieron más de una voluntad de forzar a Dios a hacer lo que él quería (¿acaso no se parece al pecadod e Adán y Eva, de ser como dioses?) que como una misión a la que estaba destinado porque, de ser así, ni somos libres ni Dios es misericordioso.
      Un saludo y gracias por tu comentario.

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