JUDAS NO ES TAN MALO COMO LO PINTAN
Judas nunca quiso que mataran a Jesús Durante toda la historia después de Jesús no ha habido nombre más maldito que el de Judas: el traidor que vendió a Jesús por treinta monedas de plata y que, al final, acaba suicidándose. Incluso su nombre, o su recuerdo, se usa como insulto; en toda la imaginería sagrada se le reconoce porque es el más feo, el que lleva una bolsa, el que tiene cara de "malo de la película"... Sin embargo, si nos detenemos un poco a leer cuidadosamente los evangelios y - una de las razones para saber un poquito de teología - conocemos lo que pensaba Judas sobre el Reino, el Mesías, las corrientes de su tiempo, las esperanzas del pueblo..., podremos tener una visión más justa del apóstol que, pensando ayudarle, facilitó la entrega de Jesús a las autoridades judías (que, tarde o temprano, lo habrían matado de una u otra manera). Primero tenemos que saber que, en tiempos de Jesús, Israel era un pueblo dominado por el Imperio Romano, que había suce